A
escasas siete semanas para que finalice 2012, claramente se puede
observar que este fue un año oscuro para Televisa, pues el nombre de la
televisora que encabeza el oligopolio de las telecomunicaciones en México, no
ha terminado de limpiar su imagen de un escándalo cuando se asoma otro en la
agenda informativa; señalando y dejando en evidencia frente a la opinión
pública, sus vicios y sus relaciones cercanas con las esferas de poner,
sesgando la información tratada en sus noticiarios para proteger sus intereses.
Fue a
partir de las elecciones presidenciales de este año que se hizo más evidente la
vinculación y protección de la imagen de aquel candidato presidencial que le
beneficiaría en los próximos seis años: Enrique Peña Nieto; de tal forma que
después de aquel viernes 11 de mayo, consumada la fallida visita del ex
candidato de la
Alianza Compromiso por México, Televisa apagó sus cámaras
ante el repudio mostrado por los estudiantes, simulando que no pasaba nada, y
que si pasaba algo era por obra de los detractores de Peña Nieto; situación que
molestó a los estudiantes que días más tarde salieron a manifestarse a las
calles, dedicando sus esfuerzos –incluso a estas fechas– para desacreditarlos.
La
relación Televisa–Peña Nieto se hizo más tangente al revivir en la agenda
informativa un artículo escrito por Jenaro Villamil, publicado en la revista Proceso en
2005, en donde presentaba documentos que le atribuía a Televisa la construcción
de una imagen positiva al todavía gobernador del estado de México, con miras
hacia las elecciones presidenciales de 2012, mientras que lateralmente dañaba
la imagen de Andrés Manuel López Obrador mediante programas como El Privilegio de Mandar,
información que posteriormente dio a conocer el diario británico The Guardian. Mientras
tanto, Televisa emitía comunicados a diestra y siniestra para desmentir todo lo
dicho y presentado en su contra, al mismo tiempo que trataba de desligarse de
la imagen de Peña Nieto.
Aún no
terminaban las controversias poselectorales, ni los señalamientos del ámbito
académico y del periodismo crítico sobre la fusión Iusacell–Televisa y sobre el
retiro de la de la banda 2.5 GHz de las manos de MVS, que sin duda
beneficiaría a Televisa, cuando se dio a conocer la detención de 18 mexicanos
que transportaban en camionetas con los logotipos de la televisora, cocaína y
9.2 millones de dólares en efectivo. Desde ese momento, este caso ha sido
investigado por el equipo de periodistas de la Primera Emisión de Noticias MVS,
que conduce Carmen Aristegui, dando a conocer cada mañana información y avances
de las investigaciones.
| La relación Televisa-Peña Nieto se hizo más tangible al revivir en la agenda informativa un artículo escrito por Jenaro Villamil |
Ante este
panorama sobre cuestionamientos en torno a la ética periodística, habrá que
preguntarle a López Dóriga si la entrevista a modo realizada a Peña Nieto en el
programa Tercer Grado realmente
era un ejercicio ajeno a los intereses de Televisa y del Revolucionario
Institucional; habrá que preguntarle también a Loret de Mola y a Genaro García
Luna sobre las razones de transmitir un “telemontaje” al momento de la captura
de Florance Cassez y hacerlo pasar por un hecho real (por cierto, la realidad
no está musicalizada, ni editada con diversos cambios tomas bien planeadas),
así mismo habrá que cuestionarles sobre el tratamiento informativo en torno al
levantamiento zapatista o sobre la matanza en Acteal. Ante esto, ¿tiene
Televisa autoridad para hablar sobre ética periodística?
No hay comentarios:
Publicar un comentario