Marco Antonio Castillo Ríos
Hace una semana había decidido que ya dejaría descansar a los lectores de “Medieros” y abordaría otros temas distintos al de las minas, las hidroeléctricas o los mega proyectos que afectan a miles de poblanos en la Sierra Norte de Puebla. Pero la vida nos depara caminos no esperados. Así el jueves por la noche me dispuse a revisar mi correo y me encontré con un correo de mis compañeras y compañeros del Centro de Desarrollo Rural A.C. (Cesder), que nos informaba sobre la nueva lucha que enfrentan los pobladores del municipio de Zautla y ahora en especial los de Tlamanca, luchar por el derecho a decidir su modo de vida, a proteger su territorio y sus recursos agua y tierra, demandar el derecho ser incluidos en las decisiones que en muchas ocasiones toman de forma arbitraria políticos a muchos kilómetros de distancia.
Una vez más las comunidades de Zautla se enfrentan a la ceguera de un gobierno que bajo el discurso de impulsar el desarrollo y el bien común, toma decisiones que al final sólo beneficia a unos cuantos. Así hace cosa de un año y medio el gobierno estatal intentó de forma fallida imponer la idea de construir una ciudad rural, intento que lo único que logro fue dividir a los pobladores del municipio, fortalecer una economía campesina dependiente de las grandes empresas de agroalimentos como Wal Mart, y un hospital carente de recursos públicos y con escaso personal. Ahora una empresa China está dispuesta a reabrir una mina para la explotación de oro y plata, sin que se le haya ocurrido a autoridad alguna hablar con los pobladores de Tlamanca y abrir un diálogo que permitiera buscar la mejor forma de enfrentar esto.
Sin duda alguna la estrategia que impulsa el gobierno del estado para la Sierra Nororiental por lo visto hasta ahora, no tiene como principio el diálogo y la inclusión de las comunidades, más bien expresa la posición de un gobierno que desea beneficiar a las grandes empresas y generar economías a escala convirtiendo a los y las campesinas en trabajadores asalariados. Y en esta lógica además de negar la biografía de los pueblos, niega todas las experiencias desarrolladas por organizaciones como que el Cesder que por más de 30 años han construido caminos alternativos para el buen vivir junto a las comunidades.
Tlamanca, el Cesder y las 32 comunidades que constituyen el municipio de Zautla marcharan este miércoles junto con sus autoridades para manifestar su desacuerdo por la reapertura de la mina, por el derecho a decidir ellos y solo ellos su destino, el de sus recursos naturales y la reproducción de su vida familiar y comunitaria. Partirán del centro de Tlamanca hasta las instalaciones que construye la empresa China, pero su voz y su pisar quiere tocar todas las puertas y corazones.
Por esta razón, estamos pidiendo que sin importar dónde estemos, hoy a partir de las 10 de la mañana hagamos un acto por Tlamanca, hagamos un acto de solidaridad, hagamos un acto que al dignificar la vida de ellos y ellas, redignifica la nuestra. Digamos No a la Mina en Tlamanca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario