Los estragos de Sandy, la tormenta perfecta

Janeth B. Soto Berrelleza

La Tormenta Perfecta, Franke–tormenta, la Mega Tormenta, entre muchos otros nombres, ha dejado un saldo estimado de por lo menos 17 personas muertas y 7 millones de casas y negocios sin electricidad después de haber azotado la costa este de Estados Unidos con vientos de hasta 100 kilómetros por hora.

El huracán Sandy ha ocasionado preocupación entre los estados, principalmente en Nueva Jersey y Nueva York, donde 350 mil personas han sido desalojadas de sus viviendas. Las autoridades han ido puerta por puerta pidiéndoles que se vayan y aunque algunos no han querido dejar sus hogares, resulta importante tomar las precauciones necesarias para afrontar este desastre.

Sin duda, las personas han recurrido a los supermercados para abastecerse de lo que creen necesario, como agua, leche y productos enlatados que no se vean afectados por la falta de electricidad, a pesar de estar trabajando en ello. La tormenta también provocó un caos en el transporte aéreo, con cerca de 15 mil vuelos cancelados hasta el momento en la región, y debido a las inundaciones, el transporte público está parado.

Cuando una tormenta extra tropical se mueve al noreste del país, zona atlántica y absorbe en este caso a Sandy, que viene del sur, se puede expandir y agregar toda esa energía y nubosidad creando un súper ciclón o una súper tormenta. Algunos meteorólogos y el centro de huracanes han decidido nombrar a este fenómeno atmosférico de 2012 como la Tormenta Perfecta, por sus características únicas, tratándose de la mezcla de dos fenómenos atmosféricos, uno frío y otro caliente, lo cual representa un verdadero choque de gigantes. Algo que muchos sólo conocíamos por películas de Hollywood.

Para las personas que vivieron en 1991, esto es solamente un vago recuerdo de aquella experiencia que dejó 200 mil millones de dólares de gastos en pérdidas, y donde 13 personas perdieron la vida. Esta fenómeno también recibió el apelativo de Tormenta Perfecta.

Por otro lado, los científicos han visto a Sandy de manera distinta, ya que resulta más peligroso que su antecesor. El registro en los medios impresos y electrónicos de Estados Unidos y México dan cuenta del fenómeno atmosférico convertido también en fenómeno mediático. En comparación con el evento de 1991, ahora existen más datos y conocimientos sobre la atmósfera. Los daños no pueden ser aún medidos; sin embargo, los estadounidenses están conscientes de las repercusiones para el sistema financiero. La bolsa de Nueva York cerró actividades el lunes, en tanto que Wall Street permaneció cerrada el martes.

Los medios informativos estadounidenses y también los mexicanos han cubierto este fenómeno, otorgando espacios destacados en noticiarios de televisión y radio, periódicos, blogs y páginas web. De alguna manera, la preocupación llega hasta la frontera, ya que tanto la economía de Estados Unidos como la de México se ven afectadas por los distintos acuerdos de comercialización. Solamente nos queda, como ciudadanos, estar informados por si ocurre un cambio y ser solidarios con aquellas personas que han sufrido pérdidas personales o materiales.