Gabriela Pinto Márquez
El fin de semana pasado se inauguró la edición anual de la Feria Internacional, del libro en Guadalajara. No sé a usted, pero a mi no se me olvida que nuestro presidente electo no supo contestar la pregunta de los tres libros que habían marcado su vida. Ni qué decir de las reacciones en las redes sociales que no se hicieron esperar y la visceralidad que ha caracterizado a Paulina Peña para hacer comentarios imprudentes. En aquel momento quedó claro que la joven se asumió como alguien de un nivel superior cuando calificó a quienes criticaban a su padre de prole. También quedó claro que los intocables de la clase política marcaron una distancia que se manifestó a través del lenguaje, y que ahora se hace presente con la toma de los espacios públicos con el cerco puesto alrededor de San Lázaro para la toma de posesión que se realizará el próximo 1 de diciembre.
Antes de que lleguen los manifestantes, los rijosos, los que no supieron aceptar su derrota, les ponemos un muro y listo; igual que si se atreven a criticar, les diremos que lo hacen porque son de otro nivel. Nada nuevo. Salvador Camarena relata en el portal www.sinembargo.com que hace un año, en el marco de la FIL, el personal de seguridad que acompañaba al entonces candidato trató de poner una división que mantuviera alejados a los periodistas. Desde entonces se marcaba la distancia que muy probablemente caracterizará el próximo sexenio. Si lo sumamos a la campaña mediática y la construcción de imagen de Peña Nieto, el panorama se vuelve muy desalentador: muros y circo. La única posibilidad de participación ciudadana en la próxima gestión presidencial será la de aumentar el rating, viendo la teledirección, sentados cómodamente en el sofá, sin que exista la ocurrencia de salir a las calles a manifestarse. No tendría caso, muy probablemente encuentre la ciudad cerrada y tomada.
Mientras tanto, lo que ocurra en los próximos días con respecto a la movilización ciudadana definirá el inicio de un periodo gubernamental: ¿cuál será la respuesta ciudadana ante esta imposibilidad de manifestarse? Por lo pronto, la asamblea Más de 131 lo ha tomado con humor, emitiendo un comunicado que vale la pena leer por el uso del humor negro que contrasta con el remate: “nosotros estaremos en la calle protestando”. Tras el fin del sexenio de Calderón que ha sido definido por un aumento generalizado de la violencia que se percibe dentro y fuera del país, la administración entrante está tomando las medidas necesarias para permanecer en control: que nadie se acerque, porque quién sabe qué pueda pasar.
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