Ana Lidya Flores
La cargada informativa en torno al 21 de diciembre de 2012 enfocó sus esfuerzos de cobertura a los aspectos más trivializados por el Mainstream Mediático mundial y la emblemática fecha hallada en una ciudad arqueológica maya, que apuntaría al fin de una cuenta larga de años, y con ello, al fin de una era. La impresionante ignorancia sobre la ancestral sabiduría mesoamericana y los enormes dividendos que produjo este anunciado “fin de mundo” en materia mediática no tomó en cuenta a los hombres y mujeres verdaderos, a los mayas vivos, no a las piezas arqueológicas talladas en estelas y palacios, y por eso, la irrupción zapatista en cinco ciudades chiapanecas, hizo girar las miradas lejos de los rituales turísticos diseñados para entretener a los incautos.
Así, en la fría y lluviosa mañana del 21/12/2012, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional encarnado en los hombres, mujeres y niños que hacen realidad la aspiración de construir un mundo donde quepan todos los mundos posibles, se hicieron presentes con un estremecedor silencio en las calles de Ocosingo, San Cristobal de las Casas, Palenque, Altamirano y Las Margaritas. Los huipiles de las mujeres expresaban la zona de donde provenían: tzeltales, tzotziles, choles, tojolabales, mames y zoques. 40 mil bases de apoyo hicieron sonar sus pisadas sobre las calles empedradas y cubiertas por la pertinaz lluvia –como en San Cristobal.
Como es costumbre, La Jornada y sus especialistas refirieron con cabalidad los hechos. Hermann Bellinghaussen, Elío Henríquez, Luis Hernández Navarro, Gloria Muñoz Ramírez, Víctor Camacho y Moyséz Zúñiga Santiago, describieron y explicaron con palabras e imágenes lo que ocurrió en esa emblemática mañana de los mayas vivos y constructores de esperanza y realidad. Ahí está el ejemplar del sábado 22 de diciembre para dar cuenta de su trabajo.
Pero antes de leer esta información en la edición física de La Jornada, los que no dejamos las rutinas informativas nos enteramos a través de los reportes radiofónicos (Noticias MVS) y, por supuesto, a través de las redes sociales que rápidamente dieron cuenta de los hechos. Fue profusa la información vehiculada por el Nodho de Derechos Humanos, por citar alguna de las fuentes que seguí a lo largo del viernes 21.
En la mañana del domingo 23 de diciembre, una mirada adusta resguardada por un pasamontañas miraba fijamente desde la portada del semanario Proceso. “Aquí estamos”, como reportaje principal anunciado y con despliegue entre las páginas 6 y 9. Quizá sin el conocimiento de causa demostrado porLa Jornada, pero Proceso leyó bien y tuvo tiempo de ajustar su portada para la circulación dominical.
64 palabras. 79 si incluimos el cabezal. Con esta economía de texto, el subcomandante insurgenteMarcosnos interpela a todos. ¿Escucharon? El comunicado está dirigido A quien corresponda. A la sociedad civil que se ha manifestado adherente al movimiento, a la ciudadanía y sus múltiples frentes abiertos en este país que se derrumba. A los políticos todos, que han traicionado los acuerdos y la palabra empeñada. Es el mundo indígena del EZLN resurgiendo. El de los mayas que están vivitos, coleando y construyendo día a día, pese al permanente hostigamiento a su proyecto de vida y de felicidad.
Así, los medios más sensibles y los menos enterados, todos tuvieron que volver la mirada y devolvernos en sus primeras planas un espejo, para vernos en él, y reconocernos. O no. Esos 40 mil cuerpos que se desplazaron silencios y espectaculares, con el puño izquierdo en alto, dejaron en muchos de mis conocidos, una sonrisa de esperanza y serenidad. Ahí están. Y como ellos somos nosotros, ahí estamos.
Gabriela Ruvalcaba Domínguez, documentalista oriunda de San Cristobal de las Casas, compartió a través de YouTube un hermoso video: “Esto fue lo que vi. Una danza de personas en resistencia”. Las imágenes fueron registradas por una mirada educada, sensible. El audio es el de las pisadas de botas y huaraches de hule y el inconfundible sonido de la lluvia sobre las baldosas. El lunes 24 de diciembre me desperté con esas imágenes. No puedo menos que agradecer a l@s zapatistas esa presencia contundente, sabia y poderosa, y a los trabajadores de la información y de la imagen, esas estampas irrepetibles para un diciembre que agoniza.
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