jueves, 31 de enero de 2013

Simular y voltear hacia otro lugar

Pablo Guinsberg Plouganou


Historias por aquí, historias por allá… momentos de tomar el refranero de la abuela y descubrir que más de un dicho aplicaría para develar el mundo de disimulos donde vivimos, al cual, tristemente, pareciera nos hemos acostumbrado y con ello simplemente deambulamos.
El IFAI (Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos) pasó a ser en boca de nuestro glorioso, bien peinado y coquetón presidente, el IIAOPIDCG (Instituto de Información y de Acceso a la Opinión Pública de toda la Información Disponible para la Ciudadanía desde el Gobierno). Para ocultar el error, nada más fácil que utilizar las plataformas que resultaran necesarias y bloquear los videos que lo delataban en You Tube.
En Colima, según palabras del gobernador Mario Anguiano –quesque por instrucción del gobierno federal–, han llegado a la conclusión de que la gente se sentirá menos insegura si se deja de informar a la ciudadanía sobre todos y cada uno de los delitos que pudiesen ocurrir. Al parecer, la premisa es “simulemos que no pasa nada… ojos que no ven, corazones que no sienten… a chillidos de puerco, oídos de carnicero”. 
En el Distrito Federal consideraron que el escándalo provocado por la colocación en Paseo de la Reforma de la estatua del expresidente y dictador de Azerbaiyán, Heydar Aliyev, se disiparía con el simple hecho de sacarla y trasladarla a un lugar diferente, como si la molestia fuera que se veía fea en ese sitio, pero pudiera verse hermosa en otro.
El IFE (Instituto Federal Electoral), luego de un tiempito y mientras todos se preocupan por la “cuesta de enero” y miran con esperanza hacia el horizonte, exoneran al PRI (Partido Revolucionario Institucional) de algo llamado el “Monexgate” (asunto que, después de transcurrir tantos meses, ni sabemos qué puede llegar a significar) y asegura que el único que excedió los gastos de campaña fue Andrés Manuel López Obrador.
Y aparecen unos jueces y liberan a Florence Cassez. Voces y medios dan un vuelco hacia la poca justicia que hay en el país y, en el arte de simular, las miradas se deslizan por todos lados, pero pocas se dirigen hacia Miami (o incluso Harvard) y cuestionan que si hay un culpable por la liberación de una “secuestradora” debe buscarse en el genio lúcido creador de montajes y revuelos que rompen la ley para, supuestamente, hacer que ésta se cumpla.
Y en Puebla, último lugar en Transparencia según revela La Jornada de Oriente, mientras se simula que están todos los permisos para destruir parte del patrimonio histórico y cambiarlo por un moderno teleférico que nos haga observar con claridad la ciudad, también se simula (con un talento que raya en lo grotesco y lo absurdo) que las campañas políticas, para cualquiera que sea el puesto, ni siquiera han comenzado. Muchos son los nombres que deambulan en radios, periódicos, espectaculares y todo medio habido y por haber… pero no puede dejar de destacarse a nuestro querido secretario de Infraestructura. Aparte de diversas estrategias, de la noche a la mañana, la ciudad y periferia se han visto inundadas de grandes anuncios de la revista Líder… publicación que, curiosamente, en su sitio web tiene una columna de Araceli Ruiz Sotomayor, quien nos advierte que como ciudadanos comunes y corrientes nos preparemos para recibir, en un plazo no mayor de seis semanas,  una andanada de spots publicitarios en radio y televisión dirigidos a la promoción de candidatos a puestos de elección popular. Para culminar la burla, el IEEP (Instituto Electoral del Estado de Puebla) confirma que dichos anuncios no violan la ley electoral.
La lista pudiera continuar, pero la consigna insiste en ser que simulemos que ninguna de ellas tuviese un resquicio de existencia y posibilidad dentro de este nuestro amado lugar. 

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